viernes, septiembre 12, 2008

ADN

Me soltó la mano cuando pude subir el primer escalón.
Caminé entre los asientos mientras él ponía las monedas.
Mis manos envolvían una fundida golosina.
Elegí el último asiento.
-entran monedas .. sale boleto-
Mi padre encontró un lugar vacío en un asiento para dos.
En mi caso, había un hombre con bufanda y del otro lado, una adolescente con su mp3.
Estaba invadido por la falta de confianza del lugar, sin nadie con quien hablar, reír o lo que sea.
Mientras como un pedazo de caramelo .. miro .. e impulsivamente voy..
Levantándome del asiento, aparezco donde mi adulto en cuestión.
Examino fijamente a su desconocido acompañante, y casi intimidándolo, empiezo a hablar aniñadamente, aprovechándome de mi menuda figura ( mi receptor del mensaje estaba del lado de la ventana ).
Finalmente, luego de imperceptibles segundos, el joven que se encontraba en medio, no tuvo más opción que irse atrás, seguramente, influenciado por mi inocente mirada.
Había llegado al lado de mi padre.
Después de esa odisea de miradas, asientos, palabras y gente, pensé:
-: "hoy crecí un poquito" .. y guardó otra envoltura.
Inspirado en situación vivida en un medio de transporte colectivo.
Aviso que no me gustan los niños .. pero considerando que yo fui una ..
.. la situación me pareció tierna ..
.. TENÍA UN CARAMELO !
.

2 comentarios:

Siul dijo...

.........................so sweet

Philip Marlowe dijo...

Muy lindo retrato cotidiano. Esa clase de cosas nos suelen inspirar frecuentemente, porque son situaciones muy simpáticas.

Beso